¿Qué te parece la historia

miércoles, 5 de marzo de 2014

Capítulo 3.

Capítulo 3.
–¿Perdón?
–Perdonada –sonrió.
–He oído perfectamente lo que has dicho. No intentes arreglarlo o esconderlo –dije, notando crecer mi enfado.
–Así que al final me equivocaba –comentó tras un rato.
–¿En qué? ¿En qué te equivocabas?
–En que no te has tomado demasiado bien tu muerte –hizo un mohín que se asemejaba a una sonrisa.
Agh, de repente me gustaría arrancarle la cabeza.
–¿Es que todo te hace gracia? ¿Te ríes de las desgracias ajenas?
Ancel se puso serio.
–Me río del peligro.
–Qué valeroso –ironicé.
Sin embargo, no estaba pensando en lo osado que podía llegar a ser, sino en la posibilidad de que sus palabras llevaran un doble sentido. Por su tono no podía averiguarlo, y por sus facciones menos. Mantenía la misma expresión de impasibilidad que siempre, y eso me ponía muy difícil el averiguar si podía ser yo un peligro para él.
La idea me parecía completamente estúpida, claro, porque, ¿qué iba a hacer yo contra él, teniendo una espada que seguro que era muy capaz de utilizar?
No era muy probable que yo significara un peligro para él. Aunque a lo mejor no se estaba riendo de mí, sino que simplemente era así.
De todas formas, lo dejé pasar.
Él se quedó callado, y, por un momento, fui consciente del silencio que reinaba. El zumbido de vida que no sabía que existía hasta mi muerte, quedaba bloqueado por una extraña razón. El canto de los pájaros, el sonido de los coches, las risas de los niños, parecía como si todo estuviese lejos de mi alcance, pero a la vez tan cerca…
–Eso es porque estás en otro plano –contestó Ancel.
–No te he preguntado –dije tajante.
En realidad le agradecía que hubiese contestado a una pregunta que ni siquiera había planteado, sobre todo porque ahora estaba cabreada con él y lo que menos me apetecía era tragarme mi orgullo.
–No –concedió él–. Pero lo ibas a hacer.
Yo resoplé.
–Me ibas a decir por qué habías acabado con mi vida ¿no? Supongo que será divertido ir arrebatándole todo a una persona.
Ancel se acercó a mí, poniendo sus ojos a la altura de los míos y quedando separados por unos centímetros.
De repente me asaltó un deseo incondicional de besarle, pero me contuve. Era un idiota. Un completo idiota.
–¿Crees que disfruto? –Siseó–. No fui yo quien elegí esto.
Y luego se alejó.
Mi cabeza daba vueltas. No entendía absolutamente nada.
–Empecemos por el principio ¿vale? –Dije, tratando de calmar los ánimos y luchando contra mi orgullo–. ¿Por qué me has matado?
–Era necesario.
Yo bufé.
–Eso no me sirve. Quiero entenderte, Ancel –añadí al ver que no contestaba.
–Pues no vas por buen camino.
De pronto se había vuelto muy brusco. Tomé una nota mental: “no hablar sobre el pasado de Ancel”. Sin embargo, era tan cerrado… y tenía respuestas. Las respuestas que yo quería. Y estaban en ese pasado.
Suspiré.
–Entonces, has dicho que era necesario. ¿Por qué? ¿Tenías un deseo incondicional de matarme que necesitaba ser satisfecho?
–Es más que eso –susurró Ancel.
El tono de voz de sus palabras me sorprendió. Sonaba realmente dolido. Debajo de toda esa arrogancia, había algo más.
Algo más que no me quería enseñar.
–Mira, ahora mismo estoy muy perdida, y tú no ayudas, así que, o me dices algo, o…
–¿O qué? –Me interrumpió.
Yo callé, sabiendo que mi amenaza no le afectaría lo más mínimo... ¿O sí? ¿No quería que me fuese con él?
–O me iré.
–Sí, es cierto. Te irás conmigo.
–Sigue soñando –dije mientras me daba la vuelta.
Para mi sorpresa, no volvió a impedirme el camino, sino que soltó una risa ronca.
–¿Adónde crees que vas?
Una malvada voz me susurró: “eso, ¿adónde vas?”. Nunca –que vienen a ser apenas dos horas– me había parado a pensarlo. ¿Qué voy a hacer durante la eternidad que me queda por delante?
Ancel tenía algo que hacer, que, aunque no me entusiasmara, era suficiente como para mantenerlo ocupado. Pero, ¿y sus familiares? Si él murió joven, sus padres ya deben haber muerto. Y sus nietos, si hubiese tenido hijos. Y sus bisnietos. Y sus tataranietos. Y sus tatataranietos.
Entonces se me ocurrió algo.
–Voy a buscar a mi padre.
Él profirió una risa de burla.
–Si me dices dónde te dejo ir –dijo él.
Noté la burla en su tono, por lo que supe que no iba en serio y que, además, ni siquiera era un desafío. Ancel tenía claro que yo no podría encontrar a mi padre. Sin embargo, podía intentar picarle para que me dijera algo. Podría acabar divertiéndome, incluso. Es realmente gracioso ver a un chico que siempre conserva la calma perder los papeles.
–¿No se supone que hay un cielo?
Él rio.
–Te sigo –dijo, mientras notaba sus pasos acercándose hacia mí.
Me di la vuelta, encarándole, y me percaté de que había llegado muy rápido y que estaba a una distancia que sobrepasaba los límites de lo cómodo.
–Vale. Está bien. No me quieres contar nada. ¿Por qué?
–No es seguro que te lo diga aquí –susurró.
Su aliento me hacía cosquillas en la piel, y me asaltó una repentina duda.
–He abandonado mi cuerpo, así que, ¿no debería no tener una piel, ni pelo, ni nada de eso?
–Esa es una larga historia de la que seguramente no te enterarías ni de la mitad. Así que… dejémoslo para otro día ¿quieres?
–Pues que sepas que has perdido tu oportunidad de que me quede.
Volví a darle la espalda para enfilar el camino de grava que llevaba al cementerio local y di un par de inseguros pasos al frente, esperando oír el eco de las pisadas de Ancel detrás. Sin embargo, el sonido no llegó.
Miré por encima de mi hombro, aun sabiendo que era un grandísimo error que no haría más que darle a entender a Ancel que él ganaba.
No estaba en el lugar donde habíamos hablado, sino sentado en un banco a la derecha. A su lado había una anciana leyendo un libro, que ni siquiera se percató de la presencia de mi compañero.
–¿Y bien? ¿No te ibas? –Su voz tenía un timbre calmado, pero sus ojos le traicionaban, denotando burla.
De repente me asaltaron unas ganas de soltarle un guantazo –aunque no era la primera vez. ¿Pero qué se creía?
–Y lo haré –le aseguré.
–Te espero aquí –dijo, haciendo como que bostezaba.
Respiré hondo, a pesar de que no era necesario. Pero me reconfortaba y me recordaba a la vida que había perdido hacía una hora, más o menos, gracias al idiota sentado en el banco.
–Voy a buscar a mi padre –declaré, firme y segura.
–Buena suerte –respondió, con una sonrisa retorcida y recostándose en el banco.
Al final perdí los estribos, y, aunque sabía que no debía haberlo hecho, porque no hacía más que darle la razón, le grité:
–¿ES QUE NO SIENTES NADA? ¿TE CREES SUPERIOR O ALGO?
–Soy superior.
Se puso en pie, más serio de lo que había mostrado en todo el rato que habíamos estado hablando y se me quedó peligrosamente cerca.
–Entonces es verdad ¿te crees el amo del mundo?
–¿Sabes? Debería decirte que solo hay alguien por encima de mí.
–No quiero saber quién es.
–Oh, no quieres. Pero le conocerás.
Tragué saliva. De repente, me daba mucho miedo.
–Voy a buscar a mi padre –sentencié.
Él me agarró del brazo muy fuerte.
–No. No vas.
–Tiene que estar en alguna parte. Tiene que haber un cielo o algo así.
–Existe el infierno.
–Pues estará allí.
–No. No está.
–Pues entonces está en el cielo.
Él esbozó una sonrisa amarga que me provocó un estremecimiento.
–Sí, está allí, pero ni tú ni yo tenemos la entrada permitida.

5 comentarios:

  1. Me va enganchando cada vez más....me gusta el duelo dialéctico de los protagonistas y como vas desgranando la historia....con ganas del próximo! ;-))

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  2. Es seriamente adictiva.
    Me tienes enganchada en serio, es que no me canso de leerlo.
    Bueno, de leerte en general, de verdad siguela, que me encanta y sigues siendo tan increíble escribiendo como lo has sido siempre en todo. Sigue Bea, síguela.

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  3. Dios! Como dice el comentario anterior, tu libro es adictivo, en serio, me tienes más que enganchada. Ya me enamoré de Ancel y todo, fue amor a primera vista jajajajaa oh diios me encanta!! Y ese final te deja con unas ganas de más... OMG! Si el siguiente capi no llega pronto no se que haré :33

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  4. Se me ha hecho cortísimo... :((((((

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  5. *-* No tengo nada más que decir, Bea, nos dejas a todos sin palabras y como a Gelo, nos gusta tanto que nos da pena que el capi se acabe y tengamos que esperar para el siguiente xD

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